Hay un pensamiento que me viene a la cabeza en ocasiones: Cada hora que estoy trabajando es una hora de mi vida que jamás volverá. Nada de lo que haga después me permitirá recuperarla. Por eso cada hora quiero dedicarla a algo que me llene desde un punto de vista vital, que dé sentido a lo que hago. Unos clientes encantados con el buen producto / servicio que realizo. Un lugar de trabajo donde se tiene en cuenta la opinión de los trabajadores y sus aportes para la mejora de las cosas. Un lugar donde haya respeto y profesionalidad. Un gusto por las cosas bien hechas, por el bien de todos. Busco el bien del negocio entendido como el bien para los clientes y proveedores que redunda en mayor bienestar para socios y trabajadores a todos los niveles. No hay que permitir llegar al punto en que la única variable observada en el negocio sean las ventas del día. Hagamos lo necesario para incorporar la idea de la proactividad al día a día. Volvamos a consultar las veces que hag
Una forma de dar a conocer personas, historias, puntos de vista y nuevas técnicas