En anteriores ocasiones he hablado de la importancia de la actitud mental a la hora de tomar ciertas decisiones que suponen atrevimiento pues se trata de situaciones en las que hay un riesgo, nadie nos garantiza que lo que hagamos vaya a salir bien y por tanto existe la posibilidad que nos equivoquemos.
Perder el miedo al error es algo que necesitamos recuperar en nuestras vidas si no queremos comportarnos como robots. Lo he aprendido de las clases de teatro, en las que me encontraba con dos opciones:
Llega la crisis. Nos vienen con que la crisis es época de oportunidades si eres lo suficientemente listo. Acto seguido piensas "Yo soy listo. Voy a aprovechar la oportunidad que la crisis me da". Empiezas a ver qué se podría hacer. Ideas de negocio. Te presentas a concursos, haces el plan de negocio, repasas (muy por encima) los conocimientos de gestión de empresas (finanzas, marketing, economía, recursos humanos, etc...). Ya tienes más o menos algo decidido y vas a todos los saraos que se montan y lo vas comunicando a todo el mundo, pensando que cuantas más veces lo repitas más se va a convertir en una realidad. Luego te animan que si no tienes dinero no importa, que te lances y pidas dinero a los amigos, familia o locos (pero mejor los locos si no quieres quedarte al final sin familia ni amigos). Una vez que lo has lanzado nada... no hay ventas...
Te montaste una historia de fábula y te la llegaste a creer. Te hicieron creer que todo el mundo tiene derecho a intentarlo, que no hace falta estar preparado pues equivocarse es una forma de aprender (aun que cara y sin diploma).
La realidad es que pensabas que "la gente quería comida sana a domicilio", pero vino sin hacer ruido un JUSTEAT, con un muy buen sistema que cubría las necesidades de los chiringuitos de comida rápida de barrio y te hizo ver que "a domicilio = comida rápida = fast food" de manera que, de momento, el slow food es para el restaurante.
Y ¿sabéis qué? Me hubiera gustado ver cómo el profesor, viendo que no
escuchaban, los hubiera sacado fuera del curso. En plan "si no vais a
escuchar a la puta calle" y no me hagáis perder el tiempo, si total ¡¡ellos se fueron a mitad de la charla!!
Hubo otros que no supieron ni presentarse para exponer su idea de negocio, lo cual ya dice bastante de lo verdes que van en el tema. Se pedía escribir el nombre en un papel para los compañeros. Estos escribieron el nombre en pequeño, completo, no se podía leer ni entender nada.
Te piden algo para los demás, elemental y básico, y ya no llegas. Este es el grado de empatía que tienen algunos. Esa es la forma de expresar la capacidad de ponernos en los zapatos del otro que tenemos. ¡¡Menudo nivel!! ¡¡Horror!! ¡¡Pánico!!
Había otros que empezaron su negocio en el mismo sistema de incubadora, centro de coworking, etc. de la organización que da el curso y que tienen su negocio en marcha desde hace ya un par de años ¿y qué leches hacen en un curso sobre planificación? ¿qué estuvieron haciendo en el origen del negocio? ¿todavía no tienen claro qué están haciendo?. Y vienen los dos directivos al curso!! Me pregunto quien les financia todo este "ir dando vueltas" en lugar de estar produciendo.
También podrías observar otro grupo de gente que simplemente van a ver qué pescan. Tienen su profesión y miran a ver si algún principiante emprendedor contrata sus servicios. Obviamente se les ve de lejos al estilo "todo problema en esta vida es susceptible de ser solucionado con una app". O "necesitas guardar la información en una base de datos segura, moderna, etc..."
Lo mejor, lo más instructivo, sigue siendo, y creo que siempre lo será, contrastar tu idea frente a otras personas y otros puntos de vista. Ver cómo reaccionan a tu idea ultra-revolucionaria con desdén e indiferencia. Ver cómo no estarían dispuestos a pagar un duro por ello, esfumándose con ello tus delirios de riqueza. Y mejor, si es un grupo de gente que también lleva dándole vueltas al coco, durante meses o años a todo lo que hay, cursos, información, libros, técnicas, etc.... te pueden aportar un punto de vista muy valioso y útil.
¿Cómo reaccionarías ante la gente que no está preparada y juega a ser empresario? no querrías que te vieran en los mismos sitios que a ellos. Les harías concursos. Tú serías el que da los premios. Ellos los concursantes.
¿Cómo reaccionarías ante gente que se presenta ante ti y no sabe expresarse o decirte su nombre con claridad? no querrías que te hicieran perder el tiempo. Les recomendarías que hicieran un curso. Tú pondrías el aula, ellos serían los alumnos.
¿Cómo reaccionarías ante gente que tras años frente a un negocio todavía no tiene claro cómo planificar?
Podría seguir con lo ejemplos, pero aquí están muy bien explicados.
La idea que ha detrás de todo esto es que el hecho de tener que estar ahí, al frente de un negocio, hace que un jefe cambie de carácter. Menos complaciente, menos temeroso, menos colaborador...
En esta entrada muere el concepto de inocencia en los negocios
http://www.juanfrank.com/2012/12/no-tengas-miedo-perder.html |
- Arrepentirme durante días por no haberme atrevido a hacer algo en el momento de la función que podría haber estado genial
- Decidir que vas hacer las cosas que se te ocurren y comprobar que la actitud de aportar en el grupo genera un beneficio global mucho mayor que el de acobardarse
Hablemos un poco de los jefes
Recuerdo una cena de negocios en que mi jefe pidió chuletón cuando los demás pidieron algo más sencillo; huevos revueltos. En su momento me pareció que mi jefe había metido la pata. ¡¡Pero qué coño!! Hay que tener menos complejo. No puedes querer agradar a todo el mundo para poder atreverte a hacer cosas. Llevábamos una serie de días cenando cosas sencillas y esa noche, como colofón a unas negociaciones, mi jefe quería que fuera especial, diferente y llegar a un gran acuerdo. No salió como esperaba, pero lo intentó y eso es a fin de cuentas lo que importa. Y ahí lo tienes. No es una postura diplomática, ni neutra. Tomar decisiones es tomar partido; puede ser caliente, puede ser frío, pero no templado.¿Cómo hemos llegado donde estamos?
Es curioso cómo nos hemos metido en todo esto:Llega la crisis. Nos vienen con que la crisis es época de oportunidades si eres lo suficientemente listo. Acto seguido piensas "Yo soy listo. Voy a aprovechar la oportunidad que la crisis me da". Empiezas a ver qué se podría hacer. Ideas de negocio. Te presentas a concursos, haces el plan de negocio, repasas (muy por encima) los conocimientos de gestión de empresas (finanzas, marketing, economía, recursos humanos, etc...). Ya tienes más o menos algo decidido y vas a todos los saraos que se montan y lo vas comunicando a todo el mundo, pensando que cuantas más veces lo repitas más se va a convertir en una realidad. Luego te animan que si no tienes dinero no importa, que te lances y pidas dinero a los amigos, familia o locos (pero mejor los locos si no quieres quedarte al final sin familia ni amigos). Una vez que lo has lanzado nada... no hay ventas...
Te montaste una historia de fábula y te la llegaste a creer. Te hicieron creer que todo el mundo tiene derecho a intentarlo, que no hace falta estar preparado pues equivocarse es una forma de aprender (aun que cara y sin diploma).
La realidad es que pensabas que "la gente quería comida sana a domicilio", pero vino sin hacer ruido un JUSTEAT, con un muy buen sistema que cubría las necesidades de los chiringuitos de comida rápida de barrio y te hizo ver que "a domicilio = comida rápida = fast food" de manera que, de momento, el slow food es para el restaurante.
Qué nos podemos encontrar actualmente
La última vez que estuve en una charla sobre www.speedplanning.es había unos chavales que no estuvieron escuchando en ningún momento, ni les importaba saber quién era Deming, ni qué hay detrás de la rueda de la calidad PDCA. Luego esos chavales fueron los que al descanso desaparecieron. Son los jóvenes de un programa de emprendimiento para ideas de base tecnológica.http://www.bulsuk.com/2009/02/taking-first-step-with-pdca.html |
Hubo otros que no supieron ni presentarse para exponer su idea de negocio, lo cual ya dice bastante de lo verdes que van en el tema. Se pedía escribir el nombre en un papel para los compañeros. Estos escribieron el nombre en pequeño, completo, no se podía leer ni entender nada.
Te piden algo para los demás, elemental y básico, y ya no llegas. Este es el grado de empatía que tienen algunos. Esa es la forma de expresar la capacidad de ponernos en los zapatos del otro que tenemos. ¡¡Menudo nivel!! ¡¡Horror!! ¡¡Pánico!!
Había otros que empezaron su negocio en el mismo sistema de incubadora, centro de coworking, etc. de la organización que da el curso y que tienen su negocio en marcha desde hace ya un par de años ¿y qué leches hacen en un curso sobre planificación? ¿qué estuvieron haciendo en el origen del negocio? ¿todavía no tienen claro qué están haciendo?. Y vienen los dos directivos al curso!! Me pregunto quien les financia todo este "ir dando vueltas" en lugar de estar produciendo.
También podrías observar otro grupo de gente que simplemente van a ver qué pescan. Tienen su profesión y miran a ver si algún principiante emprendedor contrata sus servicios. Obviamente se les ve de lejos al estilo "todo problema en esta vida es susceptible de ser solucionado con una app". O "necesitas guardar la información en una base de datos segura, moderna, etc..."
Lo mejor, lo más instructivo, sigue siendo, y creo que siempre lo será, contrastar tu idea frente a otras personas y otros puntos de vista. Ver cómo reaccionan a tu idea ultra-revolucionaria con desdén e indiferencia. Ver cómo no estarían dispuestos a pagar un duro por ello, esfumándose con ello tus delirios de riqueza. Y mejor, si es un grupo de gente que también lleva dándole vueltas al coco, durante meses o años a todo lo que hay, cursos, información, libros, técnicas, etc.... te pueden aportar un punto de vista muy valioso y útil.
Y ¿qué tiene que ver esto con los jefes?
A la idea que voy es la mentalidad que realmente tienes y expresas a la hora de querer llevar un negocio. Piensa qué actitud tendrías tú mismo en base a todo lo que he comentado si fueras un jefe.¿Cómo reaccionarías ante la gente que no está preparada y juega a ser empresario? no querrías que te vieran en los mismos sitios que a ellos. Les harías concursos. Tú serías el que da los premios. Ellos los concursantes.
¿Cómo reaccionarías ante gente que se presenta ante ti y no sabe expresarse o decirte su nombre con claridad? no querrías que te hicieran perder el tiempo. Les recomendarías que hicieran un curso. Tú pondrías el aula, ellos serían los alumnos.
¿Cómo reaccionarías ante gente que tras años frente a un negocio todavía no tiene claro cómo planificar?
Podría seguir con lo ejemplos, pero aquí están muy bien explicados.
La idea que ha detrás de todo esto es que el hecho de tener que estar ahí, al frente de un negocio, hace que un jefe cambie de carácter. Menos complaciente, menos temeroso, menos colaborador...
En esta entrada muere el concepto de inocencia en los negocios
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