¿Os habéis fijado en la cantidad de cosas que se nos están imponiendo últimamente sobre el uso de las herramientas informáticas a modo de normas de conducta esperadas / adecuadas y de consejos para "un uso mejor"?
Me encuentro últimamente con que se nos adoctrina desde diferentes ámbitos bajo un pensamiento imperante que está calando en las personas como si de la cosa más lógica se tratara. Pero NO!! Porque si te paras a pensar no tiene un ingrediente que echo mucho de menos en el mundo online: el sentido común.
Primero y más antiguo estaba aquello de tu bio en el perfil de twitter: que tenía que poner 1º cómo te defines, 2º a qué te dedicas y 3º algo de tu vida "personal". Pero, ¿porqué?. Pues imagino que para tener, a la larga, más clientes, perdón, quería decir usuarios (o no). Estará estudiado que si te identificas y tus contactos hacen lo mismo, las relaciones entre usuarios y con el medio serán más difíciles de "romper". Habrá menos clientes (¿otra vez?) potencialmente infieles a la larga con otros servicios. Si alguien puede confirmarme este argumento mejor.
Ejercicio práctico: ¿Habéis probado a buscar en google "quién eres, a qué te dedicas"? ¿Repugnantes los resultados, verdad? Menudos loros de repetición que estamos hechos algunos.
Pero resulta que yo soy libre e internet es libre, luego mi perfil, mis normas. Algunos ya conocéis mi actitud frente a esto en mi propio perfil de twitter. Simplemente "tocar los huevos" a los individuos que imponen la autoimposición de normas.
A lo que voy es a que, si aplicamos el sentido común, a todos aquellos que en su perfil tienen la fotito de rigor y la definición de perfil con estos tres elementos, más que personas influyentes e interesantes se me antojan personas influenciables y carentes de originalidad y por tanto, interés. Yo ahí veo producto y venta en vez de personas y comunicación.
Y si a eso le sumamos esos usuarios que se meten en internet y juegan a ser uno más de esos que en vez de aportar contenido se dedican a retwittear lo que otros twittean, con todo el cariño, sobrando vamos.
Y es que sobre las personas que tienen presencia en la red el otro día escuchaba que para contratar a alguien para un puesto de trabajo, si dos personas tienen las mismas características, pero uno tiene tres mil seguidores mientras que el otro sólo tiene quince, que contrataban al de los tres mil seguidores, oiga!! ¿Será posible? ¿Dónde está el sentido común? Que si yo me pongo una foto de chica con vestidito ajustado y me pongo a seguir a diestro y siniestro y a retwittear en 4 meses me hago tres no, seis mil seguidores!! (existe, se de lo que hablo) ¿Y eso va a tener más valor que otra persona que usa twitter con moderación y con amigos cercanos? Y claro, cuando hayas contratado a esta persona y te encuentres que la mitad de la jornada se la pasa en twitter en lugar de hacer su trabajo, ¿qué le vas a decir? ¿pensabas que los tres mil seguidores se hacen solos? ¿habrá que darles seguimiento, no?
Me encuentro últimamente con que se nos adoctrina desde diferentes ámbitos bajo un pensamiento imperante que está calando en las personas como si de la cosa más lógica se tratara. Pero NO!! Porque si te paras a pensar no tiene un ingrediente que echo mucho de menos en el mundo online: el sentido común.
Primero y más antiguo estaba aquello de tu bio en el perfil de twitter: que tenía que poner 1º cómo te defines, 2º a qué te dedicas y 3º algo de tu vida "personal". Pero, ¿porqué?. Pues imagino que para tener, a la larga, más clientes, perdón, quería decir usuarios (o no). Estará estudiado que si te identificas y tus contactos hacen lo mismo, las relaciones entre usuarios y con el medio serán más difíciles de "romper". Habrá menos clientes (¿otra vez?) potencialmente infieles a la larga con otros servicios. Si alguien puede confirmarme este argumento mejor.
Ejercicio práctico: ¿Habéis probado a buscar en google "quién eres, a qué te dedicas"? ¿Repugnantes los resultados, verdad? Menudos loros de repetición que estamos hechos algunos.
Pero resulta que yo soy libre e internet es libre, luego mi perfil, mis normas. Algunos ya conocéis mi actitud frente a esto en mi propio perfil de twitter. Simplemente "tocar los huevos" a los individuos que imponen la autoimposición de normas.
A lo que voy es a que, si aplicamos el sentido común, a todos aquellos que en su perfil tienen la fotito de rigor y la definición de perfil con estos tres elementos, más que personas influyentes e interesantes se me antojan personas influenciables y carentes de originalidad y por tanto, interés. Yo ahí veo producto y venta en vez de personas y comunicación.
Y si a eso le sumamos esos usuarios que se meten en internet y juegan a ser uno más de esos que en vez de aportar contenido se dedican a retwittear lo que otros twittean, con todo el cariño, sobrando vamos.
Y es que sobre las personas que tienen presencia en la red el otro día escuchaba que para contratar a alguien para un puesto de trabajo, si dos personas tienen las mismas características, pero uno tiene tres mil seguidores mientras que el otro sólo tiene quince, que contrataban al de los tres mil seguidores, oiga!! ¿Será posible? ¿Dónde está el sentido común? Que si yo me pongo una foto de chica con vestidito ajustado y me pongo a seguir a diestro y siniestro y a retwittear en 4 meses me hago tres no, seis mil seguidores!! (existe, se de lo que hablo) ¿Y eso va a tener más valor que otra persona que usa twitter con moderación y con amigos cercanos? Y claro, cuando hayas contratado a esta persona y te encuentres que la mitad de la jornada se la pasa en twitter en lugar de hacer su trabajo, ¿qué le vas a decir? ¿pensabas que los tres mil seguidores se hacen solos? ¿habrá que darles seguimiento, no?
Me gusta mucho este post ! De todos lados nos meten miedo y más miedo: a que seamos libres, a que nos mostremos auténticos, a que nos empoderemos ... las personas cuanto más miedo tienen más se tapan detras de perfiles estupendos, fotos retocadísimas, ropa que les dicen que se tienen que poner, y así, consumiendo hasta el infinito creen que llegarán a olvidarse de todo el miedo que les han impuesto.
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